La importancia de una medicación responsable
Medicación
responsable es la toma de un medicamento bajo el consejo de un médico o
farmacéutico.
Se debe entender un
medicamento como un instrumento de salud y no como un bien de consumo, motivo
por el cual, su uso debe adecuarse de cada individuo.
La automedicación, es
decir, la administración por cuenta propia de un medicamento es un hecho
cotidiano y habitual en nuestra sociedad que se da en la mayoría de los
hogares.
Según datos de una
Encuesta Nacional de Salud, la automedicación representa un 15% del consumo de
medicamentos del sistema sanitario público y que más de la mitad de las
personas consumen fármacos a pesar de “encontrarse bien”.
Es importante tener en
cuenta que cada persona reacciona de forma distinta ante un mismo fármaco y que,
además, las características de su enfermedad no son equiparables a las de otro
paciente.
Peligros de la
automedicación
- Ø Aparición
de toxicidad en forma de efectos secundarios,
reacciones adversas e intoxicación.
- Ø Dependencia o
adicción.
- Ø Interacciones
con otros medicamentos. La asociación de medicamentos puede
ser peligrosa.
- Ø Falta
de efectividad por no estar indicados en esa enfermedad,
dosis inadecuada o tiempo de administración incorrecto. Esto es especialmente
preocupante con los antibióticos de los que se tiende a abusar en casos no
indicados (por ejemplo, una gripe), creándose mecanismos de resistencia del
organismo frente a bacterias habitualmente sensibles.
- Ø Pueden enmascarar
o alterar otra enfermedad dificultando el diagnóstico o
facilitando un diagnóstico erróneo. Por ejemplo, el uso habitual de corticoides
tópicos en problemas cutáneos en los que no está indicado.
- Ø Otro
dato relevante a señalar es que el consumo de fármacos por cuenta propia
aumenta con la edad, con los peligros que entraña la mayor interacción y la
sobredosis ya de por sí más frecuente en pacientes ancianos.Existe un grupo de
fármacos como son los antibióticos, los antiinflamatorios y los analgésicos
donde existe un consumo importante y en muchas ocasiones sin una indicación
adecuada.
Medicación
responsable
Es la toma de un medicamento bajo el consejo de un
médico o farmacéutico:
- Ø No se automedique
sin consultar a su médico o farmacéutico, aún en problemas leves o moderados.
- Ø Lea
atentamente el prospecto del medicamento que se vaya a administrar.
- Ø Consulte
a su médico o farmacéutico si:
- Ø Tiene
alguna duda.
- Ø Los
síntomas persisten más de tres días.
- Ø Está
tomando otros medicamentos o si es alérgico a cualquier producto.
- Ø Está
embarazada o está dando el pecho, muchos medicamentos se eliminan con la leche.
- Ø Un medicamento
publicitario no deja de ser un medicamento, no hay que confundir que, aunque un
medicamento no precise receta, es inocuo pues puede resultar perjudicial en
determinadas circunstancias.
- Ø No cambie
nunca el medicamento preescrito por su médico sin consultarlo.
- Ø Tenga
muy en cuenta la dosis para niños y ancianos.
- Ø Su
salud es lo más importante, medíquese sólo cuando sea imprescindible.
- Ø Evitar
el consumo de alcohol o cualquier droga cuando se están tomando medicamentos.
- Ø Se
debe leer y conservar el prospecto de todos los medicamentos.
- Ø Conservar los medicamentos en su embalaje original. Prestar atención a información importante como la fecha de caducidad y el modo de conservación. El embalaje protege el medicamento y garantiza su adecuada conservación.
Así, en determinadas
enfermedades banales o problemas menores como el dolor leve por un traumatismo,
la fiebre por un cuadro catarral, la acidez de estómago puntual, un resfriado,
etc., la automedicación puede ser conveniente durante un tiempo limitado. De hecho,
existen medicamentos que no precisan de receta médica y se pueden adquirir para
este fin.
Respecto a fármacos que
requieren receta médica y que, por tanto, precisan que un médico los prescriba,
en líneas generales, se desaconseja su consumo por cuenta propia. Esto es
especialmente frecuente con los antibióticos que prescripción médica ante la
sospecha de una infección. Los antibióticos no se deben tomar nunca por
iniciativa propia y sin la supervisión de un médico.
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